Bueno, bueno, bueno… ¡Cómo me lo he pasado estos días por Galicia! Mis amigos de la Diputación de Ourense me llamaron para presidir el jurado del “II Campionato de Tapas y Pintxos de Galicia” y allí que me fui ipso facto.
Qué tapas, qué pinchos, qué vinos… Y no solo eso. ¡Qué entorno! Menudo paraíso de ensueño es el enclave del Ribeiro, en la provincia de Ourense, donde se celebraron los premios. Allí disfrutamos de unas elaboraciones culinarias de lo más originales y deliciosas; de hecho, eran tantas y estaban tan ricas, que me parece a mi que di más premios de los que se me permitían. ¡Pero es que estaba muy difícil decidirse!
Quedé tan maravillado con los encantos de esta tierra, que no pude resistirme a seguir explorando el terreno. Y así fue como conocí a Carlos y Sofía, de A Boa Migalla, una empresa familiar en la que se encargan de llevar la buena miga de Galicia a todos los rincones de España; y lo hacen con sus dos hornos de leña tradicionales, donde cocinan, entre otras especialidades, un Pan de Cea espectacular que me dejó con la boca abierta.
En esta ruta que tanto he disfrutado también tuve la oportunidad de conocer a David. Menudo rebaño de ovejas bien criado y a la moda -sí, sí, a la moda, ¡tenían tupé! -. Este ganadero orensano me mostró en su Finca A Tellada, en Nogueira de Ramuín. Allí desempeña la encomiable labor de recuperar esta raza autóctona que se encuentra en peligro de extinción. Y no solo lo está consiguiendo, sino que está ganando reconocimientos tan prestigiosos como el de la oveja más bonita de Galicia.
En este tour tan autóctono y bien aprovechado, no podía dejar de visitar Nela Gourmet y Nela Biosense, una marca de productos de alimentación y de autocuidado, respectivamente, que son 100 % naturales y que se elaboran reutilizando y aprovechando restos de otras actividades locales, además de con plantas y frutas silvestres.
Y claro, como no podía ser de otra forma, no solo presidí el campeonato y conocí a productores fantásticos, sino que probé en mis carnes cada una de sus especialidades, ya fueran tapas, pintxos, panes, quesos o cremas. ¿El resultado? ¡Nada más hay que verme a mí! Que he vuelto rejuvenecido, por lo menos 15 años. ¿Qué?, ¿se me nota? Si es que donde hay calidade…