Daniel del Toro

El Hospital Virgen Macarena celebra el ‘Día de la Hostelería’ con un menú especial creado por Daniel del Toro

He tenido la oportunidad de vivir una jornada muy especial en el Hospital Universitario Virgen Macarena, en Sevilla, donde la cocina y la salud se han dado la mano para celebrar el ‘Día de la Hostelería‘. Lo hemos hecho con lo que más me apasiona: cocinar para hacer sentir bien, también en los momentos difíciles.

Durante las últimas semanas, he trabajado junto al Servicio de Alimentación del Hospital Virgen Macarena y del Hospital San Lázaro para diseñar un menú único pensado para los pacientes ingresados, siempre bajo la supervisión de la Unidad de Nutrición y Dietética y del equipo de bromatólogos del hospital. Una experiencia profesional y humana que me ha recordado el poder sanador que puede tener la comida cuando se hace con amor y respeto.

Menú especial Hospital Virgen Macarena

Cocinar para cuidar

El proyecto, llamado “El toque del chef”, nace del entusiasmo del equipo del Servicio de Alimentación por abrir la cocina del hospital a chefs de prestigio y ofrecer a los pacientes un día diferente, lleno de nuevos sabores y emociones positivas.

Quiero destacar la entrega de todos los profesionales que, cada día, preparan más de 850 menús adaptados a más de 100 dietas diferentes. Entre cocineros, pinches, técnicos de nutrición y bromatólogos, forman un equipo de más de 200 personas que hacen posible que cada paciente reciba su comida cuidada al detalle, incluso pudiendo elegir su menú desde la habitación cuando la dieta lo permite.

Trabajar con ellos ha sido una lección de humanidad y profesionalidad. Su compromiso con la salud, la seguridad alimentaria y el bienestar de cada persona ingresada es realmente inspirador.

‘El toque del chef’: sabor, salud y emoción

El resultado de este trabajo en equipo ha sido un menú que combina productos andaluces, texturas suaves y mucho corazón:

  • Ajoblanco de anacardos con pipirrana de altramuces, tomate seco y melón, como primer plato.
  • Pollo con naranja, miel, cúrcuma y quicos, acompañado de berenjenas salteadas con pasta tricolor y pimiento del piquillo, como segundo plato.
  • Y de postre, un cremoso yogur griego con sabor a tarta de arándanos.

Una propuesta divertida, saludable y con ese punto de creatividad que demuestra que comer bien no tiene por qué ser aburrido.

Lo importante de esta acción no es solo el menú, sino el mensaje que encierra: la cocina hospitalaria también puede emocionar, cuidar y sorprender.

La emoción de cocinar esperanza

Cruzando los pasillos del hospital, mientras los aromas de los platos del almuerzo empezaban a extenderse, comprendí que la cocina tiene un poder silencioso: el de transformar un día rutinario en algo especial. Ver las sonrisas del personal, la expectación de los pacientes y la entrega del equipo entre fogones me hizo sentir que estábamos cocinando mucho más que platos; estábamos preparando momentos de ánimo, pequeñas dosis de esperanza servidas en bandeja.

Porque cuando se cocina desde el corazón, cada receta se convierte en un gesto de cariño que reconforta tanto como una buena noticia.

Un agradecimiento con sabor

Quiero dar las gracias al Hospital Virgen Macarena, al Hospital San Lázaro y a todo su equipo del Servicio de Alimentación por su confianza, por abrirme las puertas de su cocina y por creer, como yo, que la gastronomía también puede ser una herramienta de bienestar.

Hemos cocinado ilusión, y estoy seguro de que ese es el mejor ingrediente para recuperar la sonrisa. Porque cuidar también se cocina.

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