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Como bien sabéis, soy un amante del arroz en todas sus vertientes; ensaladas, arroces secos, caldosos, pastelitos… ¡todos me chiflan! Y hoy tenía especialmente ganas de un buen risotto de gambas y setas, elaborado con arroz Sabroz de Brillante.
El risotto tiene fama de ser una receta complicada y laboriosa. Pero nada más lejos de la verdad, ni se necesitan muchas horas, ni es difícil. Lo único que sí necesita para que nos quede perfecto es que estemos removiendo mientras el arroz se cuece… ¡Vamos al lío. Ya veréis que es más fácil de lo que la mayoría os podéis imaginar!
Ingredientes
✅ Arroz Sabroz
✅ Gambas
✅ Setas
✅ Cebolla
✅ Apio
✅ Mantequilla
✅ Ajo
✅ Vino
✅ Queso
✅ Sal
✅ AOVE
✅ Pimienta
Elaboración
Comenzamos preparando un fumé básico de marisco. Pelamos las gambas y metemos todas las cáscaras en una olla con un poco de AOVE, lo dejamos que marque un poco y añadimos el agua. Removemos para evitar que se peguen cáscaras en el fondo de la olla y dejamos que hierva durante unos 20 minutos.
Mientras, empezamos con las elaboraciones propias del risotto. En una sartén con un poco de aceite doramos dando una primera cocción a las gambas y las reservamos. Volvemos a poner un chorrito de AOVE en la misma sartén para saltear la cebolla y el apio. Una vez estén doradas, incorporamos las setas cortadas y salpimentamos.
A continuación, añadimos arroz Sabroz de Brillante (unos 80-100 gramos por persona deben ser suficientes), para este tipo de recetas es perfecto, ya que absorbe todo el sabor de los demás ingredientes. Removemos y echamos un vaso de vino que dejaremos al fuego hasta que haya evaporado.
Ahora llega el secreto del risotto, lo que diferencia uno bueno de uno regular y lo que le da la fama de receta “laboriosa”. Debemos integrar (previamente colado) el fumé que teníamos apartado poco a poco, removiendo todo el tiempo y con el fuego constante. Echamos un poco y cuando se haya absorbido, vamos añadiendo más en pequeñas dosis hasta que el arroz esté en su punto (unos 18 minutos). Así conseguimos que el arroz vaya soltando su almidón, dando esa textura cremosa tan característica a medio camino entre seco y caldoso.
En los tres últimos minutos de cocción incorporamos las gambas, la mantequilla, el queso y removemos para que todo se funda e integre a la perfección. Dejamos reposar unos minutos y nuestro risotto está ¡listo para catar!
Emplatamos y a disfrutar de esta receta tan espectacular 🍽.
Espero que os haya gustado.
Hasta la próxima semana, cociner@s 👨🏼🍳.