¿Tienes huevos, queso y un par de tomates? Pues tienes cena. Porque esta receta no solo es fácil y rápida, sino que encima queda crujientita, jugosa y con un pintón que no se aguanta. Y si le pones un toque de orégano fresco del huerto… ya lo bordas.
Estos huevos crujientes son perfectos para una cena exprés, para sorprender con cero esfuerzo o para darte un caprichito a lo grande. Si te gustan este tipo de cenas, no te pierdas estos Nidos de huevo y champiñones. ¡Vas a disfrutarlos mucho!
🧑🍳 Paso a paso
- Queso a la sartén:
En una sartén antiadherente, pon un buen puñado de queso rallado. Que cubra la base y se funda bien. Añade encima un poco de orégano fresco picado. - Huevos al centro:
Cuando el queso esté bien fundido, casca dos huevos directamente encima. Añade sal, pimienta y unas rodajitas finas de tomate por encima. - Tapa y deja que cuaje:
Cubre la sartén con una tapa para que el huevo se cocine con su propio vapor, sin perder jugosidad. - Dobla y sirve:
Cuando el huevo esté cuajado a tu gusto, pliega el conjunto como si fuera una empanadilla… ¡y listo!
🔥 El resultado
Un crujiente doradito por fuera, con el queso que se convierte en una costra irresistible. Por dentro, el huevo queda tierno y jugoso, y el tomate le da ese puntito fresco que lo equilibra todo. Una cena rápida, sin líos y que entra por los ojos. Te haces uno… y ya estás pensando en el siguiente.








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