Daniel del Toro

Repito gira educativa para hablar de invernaderos y sostenibilidad

Este año he tenido el honor de participar de nuevo en el tour educativo de HORTIESPAÑA. Ha sido una experiencia increíble. Por segundo año consecutivo, he recorrido centros educativos de España para enseñar a los estudiantes que los invernaderos solares son una herramienta clave en la producción de frutas y hortalizas y también una solución sostenible que respeta el medio ambiente y aprovecha los recursos naturales como la energía solar.

A lo largo de la gira, hemos llegado a más de 1.200 niños y adolescentes que han mostrado gran interés por conocer cómo funciona este innovador sistema de cultivo. Los jóvenes se han mostrado muy sorprendidos al descubrir cómo los invernaderos solares permiten cultivar productos frescos, locales y de calidad, aprovechando la energía solar y reduciendo el impacto ambiental. Debemos tener en cuenta que muchos de ellos no tenían ni idea de qué proceso siguen nuestras frutas y hortalizas antes de llegar al supermercado o la frutería del barrio.

El objetivo de esta iniciativa, que forma parte del programa Es de Invernadero: Frutas y Hortalizas Sostenibles, es promover la sostenibilidad en el sector agroalimentario y sensibilizar a los más jóvenes sobre la importancia de cuidar el planeta a través de prácticas agrícolas responsables. Este programa, cofinanciado por la Unión Europea y HORTIESPAÑA, ha sido una excelente plataforma para que los estudiantes comprendan cómo sus decisiones como futuros consumidores pueden influir en el mundo que nos rodea.

Lo que más me ha gustado de esta segunda gira con HORTIESPAÑA es que, además de hablar sobre los invernaderos solares, también he podido compartir con ellos la importancia de llevar una alimentación saludable, basada en productos frescos y cultivados de manera respetuosa con el medio ambiente. Porque para mí, la cocina no solo se trata de recetas, sino también de transmitir valores como la sostenibilidad, el respeto por la naturaleza y el cuidado de lo que comemos.

Me llena de orgullo ver cómo la próxima generación está comprometida con un futuro más justo y más saludable. Y, sobre todo, poder participar en ello. Estoy convencido de que el futuro de la agricultura está en buenas manos, y la educación de los jóvenes es clave para lograrlo.

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